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lunes, 15 de octubre de 2012

¿Conocemos qué tipo de piel tenemos?

Es muy importante el conocer qué tipo de piel es la que se tiene, ya que este dato es fundamental para tener un buen cuidado de la piel. Hay cuatro tipos básicos de la piel: seca, normal, mixta y grasa, y cada una de ellas tiene sus propias característacas. Comencemos por describir cada una de ellas:

PIEL SECA

La piel seca se caracteriza por los poros pequeños y por tener un acabado mate, es decir, que apenas tiene grasa o brillo superficial. Hay que destacar que las pieles secas hacen que se formen rápidamente las arrugas de expresión, sobre todo en el contorno de los ojos y en la boca. La piel seca es más común en las mujeres mayores de 50 años o bien en aquellas que viven en lugares poco húmedos. También suele aparecer en aquellas personas que no se protegen la piel contra la interperie. El resultado es que la piel se vuelve áspera y puede agrietearse o incluso escamarse.

PIEL NORMAL

La piel normal tiene una apariencia sana y tersa, todo ello porque mantiene el equilibrio de grasa y humedad. Las pieles normales es muy difícil que le salgan granos, espinillas o los puntos negros. Un buen cuidado de este tipo de pieles hace que por lo general, las arrugas no aparezcan a edades tempranas, llegando incluso a tardar en salir.

PIEL MIXTA

La piel mixta a diferencia de la piel normal, es que tiene un poco de grasa en la llamada zona T (el ancho de la frente, nariz y mentón), incluso puede tener sequedad en la zona de las mejillas y en los bordes de la cara. Y al igual que ocurre en las pieles normales, un cuidado debido en este tipo de piel, las arrugas tardarán tiempo en aparecer.

PIEL GRASA

La piel grasa es aquella que se produce cuando las glándulas sebáceas producen demasiada grasa. Es por eso que las personas que tienen la piel grasa, se le ve la cara brillante. Las pieles grasas, incluso una vez que se limpia, puede dar una sensación de pegajosa o grasiente y suele durar varias horas. Al contrario que la piel seca, las pieles grasas tienen los poros más grandes y son más comunes los brotes de espinillas, puntos negros y granos. Sin embargo, es más difícil que le salgan arrugas, puesto que la gran cantidad de grasa que tiene en la superficie de la piel, ayuda a que las capas superiores retengan agua y las proteja contra la sequedad que produce el medio ambiente.

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